Viajes en familia
El verano es la época del año en la que más se viaja y para muchos es la oportunidad perfecta para evadirse del trabajo y de la vida diaria. Sin embargo, viajar puede convertirse en exactamente lo contrario para cuidadores y personas con alzhéimer y presenta una serie de retos que tienen que tenerse en cuenta antes del viaje.
Todo cuidador debería intentar desconectar unos días y poder tomarse un descanso que le haga recargar energías y ver la situación de otra manera al distanciarse un tiempo. Por ello, deberían considerar dejar al enfermo en su casa, con sus horarios, sus rutinas, en manos de profesionales que se ocupen de hacer ese relevo de la persona cuidadora sin que el enfermo tenga que pasar por tantos cambios.
Sin embargo, si tienen que llevarse a la persona no significa que no puedan viajar, pero requiere planificación para la seguridad del enfermo. En caso de que finalmente se decida viajar con ellos, se aconsejan viajes cortos y/o a lugares que el enfermo pueda reconocer, que le resulten familiares y por tanto causen la menor ansiedad posible. Para todos ellos se deben tener en cuenta ciertas pautas a seguir:
Lleva encima los documentos importantes
No se te olvide tampoco la medicación.
Asegúrate de que lleva una pulsera identificativa
Si no dispones de la pulsera, puedes poner su nombre en la ropa junto con un teléfono de contacto y una lista de sus afecciones médicas en los bolsos.
Mantén un entorno lo más familiar posible
Trata de llevar cosas de casa en tu viaje (mantas, almohadas, pijamas, etc.). Mantén la misma rutina, en la medida de lo posible, para evitar confusiones.
Limita las escalas
Si puedes elige vuelos directos.
El tiempo del viaje no debe ser superior a cuatro horas
Lleva fotos y juegos para mantenerle ocupado durante el tiempo del viaje.
Mejor alojarse en un hotel que en casa de algún pariente
Elige lugares tranquilos y mantén una rutina.
Disponed de tiempo libre
Esto hará que el viaje sea menos estresante.
Establece metas realistas
Las personas con alzhéimer necesitan coherencia y constancia.
«Viajar es una salida de la rutina, la cual es uno de los factores estabilizadores en el día a día de una persona con demencia. Para alguien que normalmente está confuso y desligado de lo que ocurre a su alrededor, viajar puede ser muy desestabilizador.»